domingo, 25 de marzo de 2012

Un nuevo viaje.

Sabía que aquello no iba a ser el final, ni siquiera había empezado el largo camino que le esperaba.
Así que empezó a vivir. Cogió el tren sin pensárselo apenas dos veces. Había cogido el billete de ida, pero no el de vuelta, no quería volver, porque lo mejor estaba fuera de todo aquello. Y sí, se dejaba gente a la que nunca más podrá olvidar, gente que le había marcado de por vida, pero sabía que otras personas le podrían marcar de nuevo.
Miraba ilusionada a través de la ventanilla que había al lado de su asiento, aunque tampoco podía evitar mirar al chico de al lado.
Los campos verdes y llenos de flores le hacían sonreír dulcemente. Se identificaba con aquellos pájaros que veía volando a sus anchas, libres. Ella lo era ahora, había estado esperando aquello desde hacía años, planeando su vida cuando por fin pudiera escapar de todo lo que le impedía ser feliz.
En su cabeza habían millones y millones de ilusiones, fantasías, sueños por cumplir, lo imaginable.
Sabía que todo aquello iba a ir a mejor, que nada podría salir mal.
Era una nueva vida, empezaría de cero, dejando todo lo malo atrás y lo bueno en su corazón.

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