No se como explicar lo que siento cuando te veo. Es... como si te inyectaran adrenalina de repente. La sangre empieza a hervir, el estómago empieza a hacerte cosquillas, y entonces empiezas a reír como si la vida te fuese en ello.
Siento ganas de dar esos pasos que me faltan hasta llegar a ti y besarte. Susurrarte al oído que te quiero, que has estado en mi cabeza desde el primer día en que me besaste, que arriesgué por ti, y que no me arrepiento por ello.
Que me revienta todo aquello que está de por medio, pero voy a tener paciencia por esta vez, y solo porque eres tú.
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